Kobetasonik 2009

Fin de semana en Bilbao para asistir al Kobetasonik con mi compañero del Metal, el Sr. Parras (en la foto, vistiendo un chubasquero Pradah de color rosa, con el terreno ya un poco empantanado).

El viernes fue un día largo, que empezó para mi a las 5.20 de la mañana y acabó aproximadamente a las 2.00 del sábado, gracias al paupérrimo concierto de Marilyn Manson (lo de gracias no es sarcástico, se lo estoy agradecido, acabé el día rebentado).

La lluvia hizo acto de presencia durante el espectáculo de las diosas suecas del metal, Crucified Barbara, y la verdad, desmereció un poco los primeros conciertos. Al principio se podía ignorar, pero la cosa empezaba a calar, así que hubo que acercarse a comprar chubasqueros de usar y tirar. Desafortunadamente llegamos algo tarde a comprarlos, y solo quedaban de color rosa… (el color del heavy metal por naturaleza… =P).

La tarde se calentó con Hot Leg, el nuevo grupo de Justin Hawkins (The Darkness), pero no despegó bien hasta las 20.15, con unos poderosos Trivium que me recordaron los Metallica más duros.

A las 21.25 tocaban Journey. Los veteranos del festival con más de 30 años de tablas. Un servidor admite que no conocía nada de Journey hasta un par de semanas antes del festival… pero qué leches! Los clásicos de Journey son famosos, solo que no sabes que son de Journey! De todas formas, iba muy bien sin saber qué esperar… y el resultado fue el conciertazo del fin de semana en mi humilde opinión. Clásicos del soft-rock con trazos de guitarras muy metaleras lideradas por un «joven» vocalista (joder, acabo de ver que tiene sus 40 tacos, pues no veas qué energía!!) que contagiaban al personal.

Machine Head resultó demasiado duro para mi. Y Marilyn Manson, gracias a sus dos primeros temas «chill out» hizo que nos refugiásemos antes de hora al hotel Barceló Nervión (muy recomendable, cerca del casco viejo, bueno, bonito, barato), no sin antes aprender que Dios, el séptimo día, «se cascó una paja que se le saltaron las lágrimas, así, sin más». Eso al menos afirmó un alcoholizado lugareño en el autobús de vuelta.

Tras comprobar que el Sr. Parras duerme cual vampiro (tó tieso, brazos cruzados en su pecho, sin moverse en absoluto), el sábado nos permitió un paseo mañanero por el casco viejo, la adquisición de una camiseta chorra de los Beatles-playmobil cruzando Abbey Road, y la obligatoria parada para reponer energías a base de pintxos (pues se come bien en las herriko tabernas, oiga).

A las 17.00 otra vez parriba al Kobetas, que tocaban Dragonforce (famosos gracias al Guitar Hero). Si no fuese porque hacen constantemente el gilipollas en el escenario (el teclista amariconado a más no poder, los guitarristas burlándose uno del otro, el bajista haciendo ver que felaba un pene imaginario…) hubiese sido un gran concierto. Anthrax muy correcto, con sus clásicos (lástima que Scott Ian esté atado con una cadena invisible a un rincón del escenario, me hubiese gustado ver más de cerca como machaca uvas en círculos mientras toca la guitarra).

La sorpresa del festival llegó a las 20.15. Thin Lizzy (con CERO miembros de la banda original) debían hacer acto de presencia. Sin embargo, el gran Tommy Aldridge se fracturó la clavícula (dios sabe haciendo qué) y fueron reemplazados. Claro que nosotros eso no lo sabíamos, y al llegar al escenario pequeño (infinitamente mejor sonido en el pequeño que en el grande) y al ver dos tipos disfrazados de calavera y maquillados de blanco nos sorprendimos. Sin embargo por ahí andaba una rubia con tetas pequeñas y redonditas y falda muy corta que nos hizo aguantar ahí («si sale otra vez la rubia nos quedamos»). Y si, la rubia salió. Y de esta forma conocimos a Lizzy Borden y su banda. Y menudo descubrimiento. Uno lee el día posterior que este personaje lleva más de 20 años sobre los escenarios, pero claro, uno en su infinita ignorancia no lo conocía. Pues menudo espectáculo que organizaron… Si Marilyn Manson hubiese hecho 1/4 de lo que hizo el bueno de Lizzy… Lástima que tras matar a la rubia no nos la echase al público, que fijo que seguiría aún calentita… hur hur hur hur…

Otra decepción, In Flames. Será porque es sueco, pero el tío decepcionó a más de uno (al Sr. Parras le gusta mucho In Flames, pero tras vérselas con su vocalista en directo se lo pensará dos veces). Y es que no puedes hacer chistes suecos en España («Antes los suecos viajábamos a España para tomar el sol. Ahora vamos a Islandia, hahaha». ¿Realmente alguien entendió ese chiste aparte de ellos?). Tampoco puedes someter a votación qué canción va a continuación. No si eres un artista serio.

Dream Theater me «decepcionó» al no sorprender con ninguna versión de Metallica, Maiden, Genesis o Queen, pero es innegable que todos sus miembros son unos putos cracks (el teclista de Dragonforce debería aprender del de DT, cómo ser teclista y molarse mazo). John Petrucci es IM-PRE-SIO-NAN-TE (cosa que me hace recordar, a ver si algún día hay gira G3 cerca). Y la batería de Mike Portnoy es, literal y figuradamente, colosal! xDD (lástima que tenga que estar escupiendo al escenario cada 2 x 3…).

Motley Crue, de nuevo, tocó demasiado tarde y un servidor estaba ya cansado. Además, les cortaron las alas y no hubo show de ningún tipo (no, dos pantallas «gigantes» no es show alguno).

Así que, pronto, nos retiramos a la noche bilbaína, donde hemos prometido volver. 100€ por ver una docena de conciertos y descubrir grandes grupos no es dinero.

P.D.1: Curioso cartel el que había en pegado en las barras

P.D.2: El domingo por la mañana, callejeando, topamos con unas de las bailarinas de Lizzy Borden. El Sr. Parras, que siempre se fija en los ojos de las chicas, la reconoció (a pesar de verla actuar a 10 metros de distancia), inmortalizando en momento en esta instantánea.