Pistola en mano, Viktor entró en el salón de belleza de Olga. Amenazante, ordenó a todos los presentes a que le diesen todo su dinero. Al llegar a Olga, ésta, una chica aparentemente delicada (ver foto central) pero entrenada en artes marciales, consiguió reducirlo y atarlo, encerrándolo en el almacén.
Olga dijo a sus trabajadores y clientes que se tranquilizaran, que todo había pasado, que había llamado a la policía y se lo llevarían.
Hasta aquí una historia de heroicidad, donde una chica aparentemente indefensa fue capaz de reducir a un atracador a mano armada. Ahora viene la parte bizarra.
Olga no llamó a la policía. Al llegar la noche, Viktor seguía atado en el almacén (Olga, en un acto de agradecer, lo ató con unas esposas con felpudo rosa). Le obligó a quitarse los pantalones y le drogó con Viagras. Aprovechando la debilidad de Viktor y su erección de caballo, Olgo violó repetidas veces a su atracador durante los dos días siguientes. Tal fueron los actos que Viktor acabó «exprimido como un limón».
Desconozco los detalles, pero los genitales de Viktor acabaron escaldados de tantas violaciones, así que previo paso por el hospital presentó una denuncia por secuestro y violación a la policia.
Olga, ofendida por tal denuncia (al fin y al cabo ella había tratado muy bien a su atracador, le compró unos tejanos nuevos, le daba comida, e incluso le dió 1000 rublos (unos 22€ al cambio) cuando le dejó ir!) se vengó de Viktor presentando una denuncia por atraco.
Y ahora el colofón final: esta historia es real, según The Moscow Times.
Y es que qué rabia dan las personas desagradecidas, ¿no? Encima que te dan de comer, te dan amor, te dan un techo dónde dormir, te compran ropa y te pagan en efectivo…
Fuente: Lestatx