Pasear por La Rambla de Barcelona un sábado noche del mes de agosto es una auténtica aventura. Como si fueran las 6 de la tarde, una marea gente lo ocupan todo, pero a esta hora predominan los extranjeros con ganas de fiesta. Mientras algunos trileros timan a los más desprevenidos, las últimas estatuas siguen en pie, atrayendo miradas de foráneos y autóctonos. Mujeres de piel oscura venden su cuerpo; otras, con apariencia más anglosajona y con claros síntomas de embriaguez, posiblemente regalan el suyo.
Bajando a mano izquierda, casi llegando a Colon, en la entrada de la calle Escudellers, jóvenes bien vestidos te asaltan ofreciendo flyers de garitos de pachanga/techno/whatever dirigido principalmente a guiris.
– No buscamos esto.
– ¿Qué buscáis?
– Rock. Vamos al Tequila.
– Si, por aquí pocos sitios encontraréis como el Tequila.
Cuando dice “por aquí”, se debe referir a Barcelona entera. La entrada, con sus puertas rojas, no es atractiva. Una vez, si llegáis a eso de la 1, es posible que os encontréis con la happy hour, una marea de guiris que han sido conducidos ahí por un guía blasfemo solo para tomar una cerveza o un chupito, pero pronto se irán y dejarán el local medio vacío.
En la primera sala tenemos dos barras, a izquierda y derecha, de las que cuelgan cascos para escuchar de forma privada la canción que esté sonando en ese momento. Gran invento.
Al fondo de esta primera sala, al lado de la puerta que conduce a la segunda, cartulinas blancas como las que se usaban en el cole informan de los álbumes de los que dispone el DJ (nota, ver detalle del graciosillo que ha escrito David Bisbal o Chayane).
Las camareras te ofrecerán siempre papel y boli para que anotes la canción que quieres escuchar. Ahora puedes ir al DJ (segunda sala, mano izquierda) y depositar el papel en su buzón de sugerencias, donde posiblemente te ignorará a no ser que te llames Marcos Parras, en cuyo caso te podrán todo lo que le pidas, o que le pidas “Hurricane” de Scorpions (el jefe, que siempre está por ahí, es fan del grupo alemán). Incluso si quieres escuchar un determinado álbum, pero no estás seguro de la canción que deseas escuchar, te dará el CD, para que le eches un vistazo y elijas la canción.
La segunda sala, aparte del rincón del DJ (insisto, totalmente accesible), una tercera barra, una “pista” cuadrada para hacer el gárrulo con un par de mesas, y al fondo, un billar desgastado y un lavabo que da miedo (lo limpian directamente con una manguera, que lo he visto yo xD).
Quizá es demasiado heavy para mis gusto, pero locales como el Tequila pocos hay en Barcelona, y siempre es un excelente lugar donde hacer (si, HACER) una cerveza antes de ir a Magic. Además, ahora han puesto un restaurante “griego” al lado que abre hasta altas horas de la noche; un durum a las 2-3 de la mañana es impagable.